En presente informe analiza si los requisitos del BID-9 en torno al proceso de programación por país del Banco Interamericano de Desarrollo (el BID, o el Banco) están siendo implementados en forma plena y efectiva. El proceso de programación por país incluye dos documentos: la Estrategia de País, que proporciona un panorama plurianual del programa de trabajo del Banco, y un documento anual que establece las asignaciones de financiamiento y el programa de trabajo. Los principales requisitos del BID-9 relacionados con la programación por país consisten en que las Estrategias de País incluyan marcos macrofiscales y de desarrollo, que utilicen estos marcos y el diálogo con los países para alinear los programas de país con las necesidades de estos, y que reflejen la demanda de los países por los productos financieros y no financieros del Banco. De ese modo, el documento de programación anual tiene por objeto implementar el programa establecido en la estrategia con el fin de garantizar que los proyectos financiados por el Banco sean acordes a las necesidades del país. OVE considera que las Estrategias de País del Banco cumplen algunos pero no todos los mandatos del BID-9. Si bien las estrategias proporcionan una descripción general de las características y los desafíos de desarrollo en el país, incluyendo el desempeño macroeconómico reciente, así como diagnósticos resumidos de las necesidades sectoriales y las posibles áreas de intervención del Banco, en general, no articulan un enfoque estratégico para el Banco en sectores claves, ni discuten las implicaciones del análisis macrofiscal sobre el rol del BID o la magnitud de las asignaciones de financiamiento del BID. Raramente analizan o se basan en los éxitos y las fallas anteriores del Banco en las áreas de intervención seleccionadas, exploran la ventaja comparativa del Banco, o incorporan plenamente el trabajo analítico relevante. La información que brindan sobre el marco de financiamiento o la cartera de préstamos sin garantía soberana es limitada o nula, y por lo tanto se pierde la oportunidad de aprovechar potenciales sinergias entre instrumentos con y sin garantía soberana. Solo mediante la identificación de las sinergias entre las distintas actividades e instrumentos del Banco ¿el financiamiento con y sin garantía soberana, la cooperación técnica y el trabajo analítico, entre otros¿ el Banco podrá aprovechar al máximo sus recursos y la totalidad de su ventaja comparativa. Con respecto al proceso de programación anual, es común que se aprueben y se lleven a cabo proyectos en sectores que no estaban previstos en la Estrategia de País, y que las asignaciones anuales de financiamiento no necesariamente concuerden con los marcos de financiamiento incluidos en las Estrategias de País. De hecho, los criterios utilizados para determinar los marcos de financiamiento y las asignaciones anuales no son transparentes y parecen estar estrechamente correlacionados con los desembolsos anteriores. Además, el carácter anual del proceso de programación impone restricciones temporales sobre la preparación de los préstamos que apresuran el proceso y conducen a la acumulación de aprobaciones a fin de año¿y posiblemente reducen el tiempo para realizar el trabajo analítico necesario, así como las oportunidades de efectuar una revisión y análisis cuidadoso. En vista de estas conclusiones, OVE sugiere que (i) el Directorio y la Administración del Banco emprendan un ejercicio profundo a fin de revisar las directrices para las Estrategias de País y consideren detenidamente la estructura y rol apropiado de las Estrategias de País y Documentos de Programa de País a futuro; (ii) la metodología para la determinación de los marcos de financiamiento en las estrategias de país así como las asignaciones anuales de financiamiento en los programas de país sean más transparentes, y que el Informe sobre el Programa de Operaciones que se presenta al Directorio muestre cómo se relacionan esas asignaciones anuales con las prioridades del BID-9 y las necesidades de los países, y (iii) el proceso de programación se lleve a cabo en forma continua cada dos años (donde el primer año sea obligatorio y el segundo año muestre programas de trabajo y asignaciones tentativas) a fin de disponer de más tiempo para la planificación y la ejecución de los préstamos y otras actividades de apoyo del Banco.Abstract: This paper analyzes whether IDB-9 requirements surrounding the country programming process of the Inter-American Development Bank (IDB, or Bank) are being implemented fully and effectively. The country programming process includes two documents: the Country Strategy, which provides a multiyear overview of the Bank¿s work program; and an annual document that lays out lending allocations and the work program. The main requirements of IDB-9 related to country programming are that Country Strategies include development and macro-fiscal frameworks, that they build on these frameworks and country dialogue to align country programs to country needs, and that they reflect country demand for the Bank¿s lending and nonlending products. The annual programming document is then meant to implement the program laid out in the strategy to ensure that the projects funded by the Bank are in line with country needs. OVE finds that the Bank¿s Country Strategies fulfill some but not all of the IDB-9 mandates. They provide a general description of the characteristics and development challenges in the country, including recent macroeconomic performance, as well as summary diagnoses of sector needs and possible areas of Bank intervention. But they do not generally articulate a strategic approach for the Bank in key sectors or discuss the implications of the macro-fiscal analysis on the role of IDB or the size of IDB lending allocations. They rarely discuss or build on past successes and failures of the Bank in selected areas of intervention, explore the Bank¿s comparative advantage, or fully incorporate relevant analytic work. They provide limited if any information on the NSG lending envelope or portfolio and thereby miss an opportunity to build on potential synergies between SG and NSG instruments. It is only by identifying the synergies between various Bank activities and instruments¿including SG and NSG lending, technical cooperation, and analytic work¿that the Bank can make the most of its resources and tap into its full comparative advantage. With regard to the annual programming process, it is common for projects to be approved and undertaken in sectors that were not envisioned in the Country Strategy, and annual lending allocations do not necessarily accord with the lending envelopes included in Country Strategies. Indeed, the criteria used to determine lending envelopes and annual allocations are not transparent and appear to be closely correlated to past disbursements. In addition, the annual nature of the programming process puts time constraints on loan preparation that hurry the process and lead to year-end bunching of approvals¿and possibly squeeze out time for needed analytic work as well as opportunities for careful discussion and review. In light of these findings, OVE suggests that (i) the Board and Bank Management undertake an in-depth exercise to revisit the Country Strategy guidelines and consider carefully the appropriate role and structure of Country Strategies and Country Program Documents going forward; (ii) the methodology for determining both lending envelopes in country strategies and annual lending allocations in country programs be made more transparent and the Operational Program Report presented to the Board show how those annual allocations relate to IDB-9 priorities and country needs; and (iii) the programming process be carried out on a rolling two-year basis (with the first year being binding and the second year showing notional allocations and work programs) to allow greater time for planning and executing loans and other Bank support.