Spanish Abstract: Hasta 2020 los protocolos se utilizaban básicamente para actividades y fines específicos, como la producción industrial, la milicia, la medicina, la investigación científica o el corporate compliance, entre otros. La pandemia de la COVID-19 extendió su empleo a prácticamente todas las actividades y toda la población. Muchas veces, invocar la existencia de un protocolo resulta una condición necesaria para ejercer cualquier libertad.Lo que hoy conocemos como “protocolo” es el producto deliberado de tendencias relativamente modernas hacia la estandarización. Se justifican porque constituyen un modo sencillo -barato- de transmitir, a gran escala, información producida por saberes especializados. Apuntan a promover, sobre tales bases, conductas cooperativas para fines valiosos. Evitan el dispendio cognitivo de quienes deben cumplirlos, como así también el costo de sus potenciales decisiones erróneas.Los protocolos conjugan dos aspectos: uno de ellos es la relación, técnica, entre lo que prescriben (por ejemplo, no salir de casa) y un propósito (limitar infecciones). Otro, es la relación entre lo que prescriben (no se debe salir de casa, “mundo del deber ser”) y la conducta que resulte de esa prescripción (que las personas efectivamente no salgan de su casa, “mundo del ser”). La atención suele concentrarse solo en el primer aspecto y la confección del protocolo suele asignarse a quienes tienen competencia profesional en aquel tipo de cuestiones. Pero su operatividad real, el éxito de los propósitos perseguidos, depende de ambos. Desatender el aspecto conductual suele frustrar su utilidad.La colaboración disciplinar requerida para optimizar su funcionamiento no se agota en congregar a profesionales de diferentes disciplinas que aparentemente cubran ambos órdenes de cuestiones. Se deben resolver asuntos de coordinación y problemas complejos (tradeoffs entre protocolizar estáticamente e innovar, entre el grado de generalidad de la protocolización y particularizaciones eficientes, marcos de decisión conductualmente eficaces, evaluación de alternativas de menor probabilidad de cumplimiento, etc.) que ni siquiera suelen ser tenidas en cuenta como un problema y perjudican la utilidad de estos instrumentos, cuando no los tornan meras formalidades
